jueves, 22 de octubre de 2009

El coche de mi hermana

Siempre que uso el coche de mi hermana sucede algo. Normalmente se lo pido para llevar a mi padre al hospital, ya que es difícil aparcar y, al ser más pequeño, me manejo mejor con él. Bien, pues lo he llevado tres días, tres lluviosos días, a un hospital con pocas plazas de aparcamiento, poco espacio para doble fila, poca entrada principal, muchos pacientes y mucho barro en el aparcamiento.

El primer día, tras dar varias vueltas buscando un huequecito donde meterlo, al fondo muy fondo de un barranco conseguí aparcarlo en un sitio justito pero, eso sí, legal y con espacio suficiente para que saliesen y entrasen los demás coches, y cuando llego de vuelta el coche seguía en el mismo sitio (bien), y había más espacio para salir, ya que se habían ido los coches de delante y atrás, por lo que no tendría que maniobrar para salir de allí, hasta que me acerco y veo... todo el lateral rayado!!!! Bfff, yo ya toda nerviosa, porque no era mi coche, y porque estaba segura de que no le estorbaba a nadie, y no tengo enemigos, etc, etc.

El segundo día llovía más todavía, y resulta que la mitad del embarrado aparcadero estaba cerrado(seguramente para evitar enterramientos, digo yo), por lo que era imposible hacerse con una plaza ni para estacionar un patinete, de modo que dí vueltas y vueltas y más vueltas hasta que me atreví a dejarlo sobre una acera (por donde no transita nadie, ya que aquello es prácticamente desierto)en la que había coches aparcados a lo largo de toda la carretera. Me cercioré bien de que no hubiese ninguna entrada, ninguna línea, ninguna señal, nada. Sí, ya sé que no se puede aparcar en las aceras, pero es que no había otro sitio, era una causa de fuerza mayor, no estorbaba a nadie y ¡había por lo menos otros 50 coches!! Vale, pues cuando vuelvo a recogerlo no estaba, y lo peor es que creí que me lo habían robado, y estaba segura de haberlo cerrado con llave!! o tal vez no? El caso es que se lo había llevado la grúa, a él y a los otros 50, y en poco más de una hora (hay que ver cómo se espabilan cuando quieren!), así que tuve que cruzar toda la ciudad para ir a buscar el coche al depósito (75 euros, y al parecer el precio varía en función del peso del coche. Si lo sé venimos en bici, que es más sano y contamina menos... y es más ligera).

El tercer día, hoy, también llueve, a ratos pero llueve. Pues resulta que voy yo toda pancha buscando un sitio para aparcar y veo que a unos diez metros sale un Audi A4 de una plaza (qué bien, nada más llegar y encuentro un sitio). Hasta ahí todo bien, me paro, le dejo espacio más que suficiente para que salga (mi padre es testigo de que había espacio suficiente y yo estaba parada), pero veo que sigue y sigue para atrás, acercándose cada vez más hasta que, claro, me dá (¿he dicho que era el coche de mi hermana?), así que salgo del coche con la mala leche que no me caracteriza y del Audi sale una señora muy fina y me dice literalmente:
-¿Pero no ve usted que estoy dando marcha atrás?
-Pues claro que la veo, o por qué se cree que me he parado?! No veía usted que estaba yo ahí?
-¿Pero no ve usted que estoy dando marcha atrás?
-Pero si vienen coches tendrá que parar, que no tiene usted preferencia, y no necesita un kilómetro para sacar el coche de la plaza de aparcamiento.
-¿Pero no ve usted que estoy dando marcha atrás?
¿Esta mujer está sorda o está tonta???
-Mire, no ha sido nada, ya está.
Por supuesto, a estas alturas de la conversación ya no me esperaba una disculpa ni nada, sólo quería mi plaza de aparcamiento. Y es que, encima,... tenía el coche en reserva!!

Conclusión: en Galicia llueve mucho.

Canción de hoy: "Idiota", de Los Ronaldos.

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